viernes, 23 de enero de 2009

Antihéroes contra la crisis

Ha llegado un señor negro,
que todo viene a solucionar,
pues guarda en su cabeza,
lo que a todos nos calmará.

Dará a los ricos dinero,
a los pobres no les pedirá,
y dejara que los más ricos repartan,
lo que sobre entre su gente a jornal.
Que falta trabajo,
que no se puede consentir que esta gente,
que con el presidente hablan de tú a tú,
se bajen su sueldazos millonarios,
si no que cobren,
porque mantienen bajo su yugo
a mucha gente trabajando
peleando contra gigantes orientales
que les dan sopas con hondas,
aunque más con toyotas.

A este señor mulato ya todos quieren imitarlo
pues él sí que sabe hacerlo todo,
menos repetir lo que se le diga en voz alta,
ay! mal designio de que empieces ya con la lengua trabada,
al menos no estará enrollada,
como la de tu predecesor de partido
entre las faldas de la otra,
por cierto, ¿donde andará Lewinsky?
lejos imagino, de las alfombras ovales
en las que posó sus rodillas,
haciéndonos felices a todos,
que descubrimos al fin,
que ni al "presi " de los USA
le amarga una chupadilla.

Como siempre me voy de lo que vengo,
la perola está con la presión alta
y me salen por doquier historias,
que no tienen que ver con la que he venido a mentaros.

Venía yo a contar precisamente,
que lo que me llamó la atención del discurso,
su falta de originalidad.
Qué bueno sería un político que se asomara al absurdo
y gritara desde su atril:
"!pintemos el cielo de verde!"
sólo por ver que cara se le queda al mundo.

Barack vino a contarnos
una vez más,
que cuando pintan bastos
mejor nos ponemos cada uno
a cocernos nuestras propias habichuelas,
que como nos quedemos esperando
a que vengan en un saco con el sello estatal
vamos a pasar más hambre que el perro del afilador.

Hay que levantarse cada día,
hay que actuar ante la crueldad,
el mundo en el que pasábamos
y nos quedábamos callados
se ha derrumbado.
Flotamos en el lodo de la desidia de un siglo XX
en el que no hemos hecho nada
por nuestro hermano, vecino, afligido u oprimido,
sino mejorar siempre lo nuestro pensando que así
mejoraríamos al pobre que nos ve tras el cristal.
Éso es lo que ha terminado.
Los héroes,
aquellos que salvaban ciudades enteras,
han muerto sepultados por la caída del dow jones,
nasdaq, ibex, las hipotecas subprime...

Me acordé entonces, esta misma semana, y en otras ya pasadas, han ocurrido dos hechos heroicos, que han caído en saco roto por lo poco que se han resaltado.

El primero el del Jesús Neira, famoso por su profundo coma del que gracias a Dios y a la Seguridad Social ha salido para trabajar en pro de los derechos de la mujer. Los primeros derechos que ejerciera yo en su puesto sería el de denunciar y reclamar judicialmente hasta el último céntimo que las hienas del agresor han recabado en la última caída al pozo de la insensatez de telecinco. Habría de dárselo todo a él o dejarle a cambio que les pegue una paliza y los deje en coma para que esta cadena (que parece más del inodoro que de televisión) pueda dar la réplica a los familiares de éste cuando lo encerraran por su venganza.

Wilson Rivera salió en defensa de una mujer que fue salvada por éste. La acción propia se ha ganado o tienen buena culpa de que lata el corazón de la agredida, que no tiene otra que taparse las heridas cuando va al juzgado no le vayan a infectar los micrófonos que le quieren meter hasta debajo del sobaco.

Así pues si no me fallan las cuentas ya son dos los antihéroes que están dando al mundo la vuelta.
Surgen los antihéroes para actuar donde siempre debimos, para apartar al que alza la mano, aunque le cueste la salud y la vida.

Que USA se quede su Obama,
que Zapatero se quede a su Hussein,
que yo me quedo con Rivera y Neira,
Wilson y Jesús
antihéroes de la sociedad,
primeros verdaderos ciudadanos del siglo XXI.

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