martes, 18 de diciembre de 2007

De los ricos y mafiosos

Paco Paila vuelve,
para contarte quienes son más ricos,
si los que más cobran,
o aquellos que a espuertas roban.
Porque los grandes robos de millones,
se están haciendo a diario,
en pequeñas comisiones,
que a todos nos van clavando.
Y si no llegan los contratos,
ésos que cual mafiosos,
te obligan a pagarlo todo,
aunque no estes usándolos.

Os vengo a contar la historia,
de una buena persona que intenta,
ayudar a los de su aldea,
y para ello traba amistad con otra,
con la que acuerdan servirse mutuamente:

Resulta que llegó un buen día
una persona diciendo que tenía
un seguro que le cubría la consulta
y cómo es que no quisiera desentonar
el pobre profesional
se fue derecho a la aseguradora
deseoso de con ella trabajar.

Pasó el tiempo sin bueno
ni malo entre ellos,
ella no le daba un duro
y encima le decía a sus enviados
"aseguraos de no pagar
a otra que no se a mí"
y así hacían salvo un puñado
que también pagaron al que trabajó
además de a la que en su casa se quedó.

Con los años apareció otra lista
con otro seguro proponiendo
otro buen negocio a esta buena persona
que accedió sin pedir nada a cambio
a sabiendas que menos recibiría
de tan ingratas compañías.

Mas cual no fue su sorpresa
cuando la primera asegurada
vino muy enfadada
a pedir exclusividad
en el servicio que aquel prestaba
de buena gana,
¿exclusividad de qué? preguntó él,
acaso me ayudaste tú
a levantar estas paredes,
fuiste tú quien me pagaba las deudas del banco
o más bien soy yo el que hace
que la gente siga yendo
a firmarte tus absurdos seguros
que no me dejan nada más
que el amargo de saber que otro dinero se va
que no cogeré para los míos
mientras que tú sí que sigues mes a mes,
atrapando bien cogido el tuyo
para el engorde de vuestros culos.
Aumentó el enfado de ella
que volvió al ataque
con su bigotudo superior
que volvió a amenazar
a intentar amedrentar
a nuestro doctor
que tuvo que creerse Quijote
contra un montón de ovejas bobaliconas.

Al final se hizo la calma pues vieron
los del culo engordado
como no podían pedirle nada
al que nada le daban
y así quedó la historia,
hasta que a ellos les dé la gana.

Y desde aquí el doctorcito les grita
que si le ayudaran a mantener
las paredes erguidas merecerían
morar bajo este techo
pero el que intenta aprovecharse
no hace sino escarbar en sus cimientos.

Le contó su historia a este Paco Paila,
que loco de contento la convirtió en verso
para mortificio de su teclado
y mandó a la tela de araña
que se teje entre todos los teclados
secretamente a voces.

Un saludo marineros!!