jueves, 1 de abril de 2010

PACO PAILA Y SU VECINA LA MERCEDES

( Toc, toc)
PACO PAILA: ¿Quién va?

MERCEDES: ¡Soy yo, la Mercedes!, ¡vengo a traerle unos dulces de Semana Santa, pa que se alegre usted el paladar!.

PACO PAILA: (Abriendo la puerta) Buenos días vecina.

MERCEDES: Buenas Paco, le traigo estas golosinas que hice ayer a la tarde con motivo de estas fiestas que acontecen.

PACO PAILA: Muchas gracias Mercedes, usté siempre tan atenta (dice mientras la devora con la mirada), pase y le caliento un poco de café que tengo hecho de esta madrugada.

MERCEDES: Son las 9 de la mañana, ¿a qué hora acostumbra usted a despertar?.

PACO PAILA: Normalmente, sobre las 8, pero pasé mala noche y a las 6 ya estaba poniendo el café a la lumbre. Pero no se quede ahí, pase, pase que caliento el café y nos tomamos algo de éso que trae en la cesta y que huele tan bien.

MERCEDES: Tengo mucha faena vecino, no puedo entretenerme mucho (dice mientras va entrando en la casa).

PACO PAILA: Disculpe el desorden doña Mercedes, un hombre solo nunca es buen hacedor de las tareas domésticas.

MERCEDES: No se preocupe, no miraré mucho para no alarmarme.

PACO PAILA: Usted siempre con su buen humor ( le va sirviendo el café), ¿con azúcar doña Mercedes?.

MERCEDES: No, no desde hace ya mucho años que me acostumbré a tomarlo amargo, mi difunto esposo lo tomaba así y ya sabe como bien dice el refrán, tó se pega menos la hermosura.

PACO PAILA: Pues ya son dos cosas las que tenemos en común el difunto y un servidor.

MERCEDES: ¿Y cual es la segunda? (Dice mientras le dedica una sonrisa picarona.)

PACO PAILA: Abramos estas delicias pues, que al tanto madrugar tengo hambre ya de medio día.

(Se hace un silencio mientras devoran los rosquillos y borrachos, sorbiendo el café.)

MERCEDES: Y…. ¿cómo es que pasó mala noche?. ¿El lumbago le achaca otra vez?.

PACO PAILA: No, doña Mercedes, algo mucho más doloroso, los recuerdos. Desde joven siempre me ha ocurrido que cuando me enfrasco en algún pensamiento durante la vigilia, me sorprende el canto del gallo con el mismo pensamiento.

MERCEDES: ¿Y llega usted a algún lugar, más que a ver pasar las horas? (dice con la boca llena de rosquillo.)

PACO PAILA: No, sólo a darme cuenta de lo tremendamente solo que estoy. (Deja de comer.)

MERCEDES: Todos estamos algo solos (dice limpiándose la boca con el mandil.)

PACO PAILA: ¿Usted sola?, vamos, ¡si tiene siempre la casa llena de esos pequeños demonios que usted acostumbra a llamar nietos y que dice son la alegría de su vida!

MERCEDES: ¡Si! Hoy me traen a dos de ellos, que las vacaciones son pa' los maestros y la jornada laboral comienza pa' los que somos abuelos. Que por cierto me voy a tener que ir (dice mientras se levanta nerviosa) tienen que estar al llegar y tengo que ponerme a hacer la comida que no me pille el toro.

PACO PAILA: Gracias por los dulces, estaban realmente buenos, espero que con dulces o sin ellos, vuelva a venir a visitarme.

MERCEDES: Lo haré, lo haré. Y gracias a usted por el café, un poco requemado pero los dulces lo han arreglado (dice saliendo por la puerta y cerrándola a su paso).

Continuará….